Museo del Oro
El oro de nuestra historia
Recorriendo las salas del imponente Museo del Oro en Bogotá, mi familia y yo nos encontrábamos un tanto desanimados. Yo había expresado en voz alta mi opinión de que el museo era aburrido y que carecía de elementos interesantes que captaran nuestra atención.
Sin embargo, mientras deambulábamos entre las exhibiciones, escuchamos la animada conversación de una familia de extranjeros con el guía del museo. Los visitantes foráneos expresaban su asombro ante las riquezas y el legado cultural de Colombia. Admiraban la colección de piezas de oro precolombinas y se maravillaban con las historias y leyendas que rodeaban cada artefacto.
"Colombia tiene una historia y una cultura tan ricas y fascinantes", escuché decir a uno de los extranjeros. "En nuestro país, no tenemos historias tan increíbles como la de El Dorado. Deberían sentirse muy afortunados de tener un legado tan llamativo".
Sus palabras resonaron en mi mente y me hicieron reflexionar. Me di cuenta de que, a veces, subestimamos la grandeza de nuestra propia historia y cultura, simplemente porque estamos demasiado familiarizados con ellas. La conversación con los extranjeros me recordó la importancia de valorar y celebrar nuestras raíces, reconociendo la fortuna de ser portadores de una historia tan singular y cautivadora. En cada sala del museo, me sumergí en las leyendas de El Dorado, la habilidad artesanal de nuestros antepasados y la intrincada conexión entre el oro y la cosmovisión indígena. En lugar de aburrimiento, sentí un profundo sentido de gratitud por tener la oportunidad de ser testigo de un legado tan extraordinario.